La respiración es algo tan natural que a veces olvidamos lo vital que es… hasta que algo falla. Cuando se trata de niños, un simple estornudo puede encender todas las alarmas. Y no es para menos: los problemas respiratorios en la infancia son tan comunes como inquietantes. Tos persistente, silbidos al respirar o esa congestión que no desaparece, suelen ser señales de que algo no anda bien.
En este artículo, te vamos a ayudar a identificar los síntomas más comunes, entender las causas y saber cuándo es momento de acudir a una consulta pediátrica especializada. Porque cuando se trata de la salud de tus hijos, más vale actuar rápido que lamentar tarde.

¿Por qué los niños son tan propensos a tener problemas respiratorios?
El sistema inmunológico infantil aún está en desarrollo. Esa es la principal razón. A medida que los niños crecen, su cuerpo va aprendiendo a defenderse de virus y bacterias. Pero antes de eso, se enfrentan a una avalancha de gérmenes en guarderías, parques, escuelas y en casa.
Además, sus vías respiratorias son más pequeñas y cualquier inflamación puede dificultarles la respiración con facilidad. Por eso, lo que en un adulto sería solo un resfriado leve, en un niño puede convertirse en una bronquiolitis, una laringitis o incluso una neumonía.
Síntomas respiratorios en niños que no deberías ignorar
Los síntomas pueden variar dependiendo de la enfermedad, pero hay algunos que siempre son señal de alerta:
- Tos persistente o con silbido (especialmente en la noche)
- Fiebre recurrente
- Respiración agitada o rápida sin haber hecho esfuerzo físico
- Hundimiento de las costillas al respirar (tiraje)
- Coloración azulada en labios o uñas
- Apatía, falta de apetito o dificultad para dormir
- Secreción nasal espesa y constante
¿Te suena familiar alguno de estos signos? No los subestimes. Muchos padres los normalizan, pensando que “se le va a pasar”, pero si se repiten con frecuencia, es hora de buscar ayuda.
También te podría interesar: Fiebre en bebés y niños
Tipos de enfermedades respiratorias infantiles más frecuentes
Infecciones respiratorias altas
Son las más comunes, e incluyen:
- Resfriado común: congestión nasal, estornudos, malestar general.
- Faringitis o amigdalitis: dolor de garganta, dificultad para tragar, fiebre.
- Laringitis: voz ronca, tos “perruna”, especialmente por la noche.
Aunque suelen ser leves, pueden complicarse si no se tratan a tiempo.
Infecciones respiratorias bajas
Estas son más delicadas porque afectan los pulmones:
- Bronquitis: inflamación de los bronquios, causa tos con flema.
- Bronquiolitis: muy común en bebés menores de 2 años, producida por virus como el VSR.
- Neumonía: infección en los pulmones, puede ser grave si no se diagnostica pronto.

¿Es solo un virus o algo más grave?
Buena pregunta. Muchos problemas respiratorios tienen origen viral y se resuelven solos en pocos días. Pero cuando los síntomas duran más de una semana, la fiebre no cede o hay dificultad para respirar, hay que actuar rápido.
En estos casos, lo mejor es no “esperar a ver qué pasa”. Un pediatra entrenado puede diferenciar entre una gripe común y una afección más compleja. Aquí es donde una consulta pediátrica puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y una complicación innecesaria.
Lo que muchos papás no saben
- Los antibióticos no curan los virus, y usarlos mal puede empeorar la situación.
- La exposición al humo del cigarrillo aumenta el riesgo de infecciones respiratorias.
- Los cambios bruscos de temperatura y los espacios cerrados con mucha gente también influyen.
- Es vital completar los esquemas de vacunación, especialmente la vacuna contra la influenza y el neumococo.
Medidas que puedes aplicar desde ya
- Mantén al niño bien hidratado.
- Usa suero fisiológico para limpiar la nariz.
- Evita cambios extremos de temperatura.
- No automediques (ni con jarabes ni con remedios caseros sin aval médico).
- Airea los espacios donde el niño pasa tiempo.
Cuándo buscar ayuda urgente
- Si el niño respira muy rápido o se le marcan las costillas.
- Si tiene fiebre mayor de 38.5°C por más de tres días.
- Si se niega a comer o beber nada.
- Si está muy somnoliento o irritable sin razón.
El rol del pediatra y el valor del acompañamiento
Las enfermedades respiratorias infantiles no se tratan solo con medicamentos. Se tratan con escucha, paciencia, seguimiento y un enfoque integral. En Medikinder, creemos que la clave está en trabajar en equipo contigo y tu familia.
Nuestro equipo de trabajo no solo se enfoca en tratar los síntomas. Vamos más allá: evaluamos antecedentes, analizamos el entorno del niño y damos pautas claras para prevenir recaídas. Además, hacemos seguimiento post consulta por WhatsApp, porque sabemos que las dudas no terminan cuando sales del consultorio.
“¿Y si no es nada grave?”… pero, ¿y si sí?
Muchos papás sienten que están exagerando al llevar a sus hijos por una “toscita”. Pero recuerda esto: prefiero un susto innecesario que una complicación evitable. Detectar una enfermedad respiratoria a tiempo puede evitar hospitalizaciones, ausencias escolares y angustias familiares.
¿Sigues con dudas? Aquí te respondemos
Mi hijo tose mucho, pero solo en la noche. ¿Es normal?
No siempre. Podría ser asma o una alergia mal controlada. Un pediatra puede ayudarte a identificarlo.
¿Cada cuánto debería llevar a control a mi hijo si ya ha tenido bronquitis?
Después de una bronquitis, el seguimiento debe ser más frecuente. Lo ideal es evaluar al menos cada 2 o 3 meses si hay síntomas recurrentes.
¿Qué hago si no puedo conseguir cita con mi pediatra habitual?
En Medikinder tenemos citas disponibles rápido y consultas de una hora, para que puedas resolver todas tus dudas
Respiremos con más calma: tu próximo paso empieza aquí
Sabemos lo que significa pasar noches en vela mirando si tu hijo respira bien, contar minutos entre cada tos o sentir esa incertidumbre cuando no sabes si lo que tiene es grave o pasajero. Es un miedo silencioso que muchos padres comparten, aunque no siempre lo digan en voz alta. Y es válido sentirlo. No estás exagerando. Estás siendo responsable.
En Medikinder te ofrecemos mucho más que un diagnóstico. Te ofrecemos cercanía, orientación y un espacio donde tus hijos reciben el cuidado que merecen.
¿Estás en Bello o sus alrededores y necesitas un pediatra que te escuche y actúe con rapidez?
Agenda tu consulta pediátrica ahora mismo